martes, 26 de septiembre de 2017

Docente de la Unach investiga a Leonidas Proaño en su faceta de comunicador

Julio Bravo Mancero, es docente de Comunicación Social,
de la Universidad Nacional de Chimborazo
Perfil del Investigador
Julio Adolfo Bravo Mancero, nace en Riobamba (Ecuador), el 23 de febrero de 1971. Cursó la primaria en Chunchi, en la escuela Fernando Pons y 5 de Junio; continuó sus estudios en el colegio Juan de Velasco.
Una vez graduado, se vinculó a Escuelas Radiofónicas Populares del Ecuador, manteniéndose en el ámbito de la comunicación. Trabajando en diario La Prensa y Los Andes, en Ecuavisión y otras emisoras de radio.
Tiene título de Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Chimborazo, tiene un diplomado superior en Edición de Medios Impresos, especialista en Imagen Corporativa y magister en Comunicación Corporativa. Estudia el doctorado en Comunicación e Información Contemporánea, en Universidad Santiago de Compostela (España).

Artículos y ponencias de Julio Bravo en Google Académico

Correo: jbravo@unach.edu.ec

Su tesis doctoral trata sobre el discurso periodístico y religioso de Monseñor Leonidas Proaño, como un personaje referente en Ecuador y América Latina, sobre la cual nos informa en una interesante entrevista que recorre los abruptos caminos socio-políticos del obispado de Riobamba.

¿De dónde surge esta inquietud por conocer el ámbito comunicacional de Monseñor Leonidas Proaño?
Pienso que la universidad ecuatoriana tiene un déficit con el estudio de muchos intelectuales y pensadores nacionales, como Monseñor Leonidas Proaño. Si bien se le ha estudiado desde el tema religioso y educativo, desde lo comunicacional no se lo ha abordado. Se conoce la faceta de la Teología de la Liberación o la educación liberadora, pero a Proaño hay que estudiarlo desde la Comunicación liberadora.

¿Cuál es la influencia de Leonidas Proaño en la sociedad?
Tengo una hipótesis que estoy en proceso de investigación: todo lo que Proaño hizo desde lo comunicacional, fue el punto de partida para que otros autores, a nivel internacional, escribieran, como la Escuela Latinoamericana de Comunicación, la interacción y mediaciones de Barbero, el estudio de los discursos y mensaje de Prieto, entre otros.

¿Qué objetivos se ha planteado para el desarrollo de la tesis doctoral?
Identificar el nivel discursivo, desde lo periodístico – religioso de Monseñor Leonidas Proaño, una investigación de tipo cualitativo, observación participante, entrevista a profundidad, técnicas que me permitirán descubrir si el tipo de comunicación de Proaño era liberadora o no.

¿Qué cualidades comunicativas observa usted en el Obispo?
Para ser un buen comunicador hay que ser un buen escucha y Monseñor Proaño pasaba días completos escuchando a la gente, desarrollando lo que fue su trilogía: ver, juzgar y actuar. Desde este pensamiento se ve escuchando la voz del otro; juzgar para comprender la realidad del pobre, del marginado y actuar como punto culminante para transformar esa realidad.

En la época convulsionada que vivió Leonidas Proaño, ¿cómo fue la comunicación que desarrolló para acercarse a los indígenas y también a toda la sociedad?
Primero debía ser aceptado en las comunidades indígenas y Proaño logró la admisión del pueblo, desde la humildad, hablando su mismo idioma y como él decía: devolverle la luz a quien no la tenía, reconociendo al campesino indígena como ser humano, algo muy difícil para su época. Esto generó rechazo en los poderosos, en los hacendados, en la Iglesia conservadora, porque la primera acción que tomó Proaño fue parcelar las tierras de la Iglesia y se las entregó a quienes las trabajaban.

¿Cómo influyó Leonidas Proaño en los sectores progresistas de Chimborazo?
Cuando Proaño encuentra una realidad calamitosa del sector indígena y que la Iglesia no estaba cumpliendo su cometido en el plano evangelizador, formó sacerdotes comprometidos, además formó misioneros indígenas y las comunidades eclesiales de base.

¿Ejerció el periodismo el “Obispo de los indios”?
Sí, recordemos que él creó el diario “La Verdad” de Ibarra, del cual escribió el primer editorial. Después creó Escuelas Radiofónicas Populares del Ecuador (ERPE), porque necesitaba, desde la educación, cambiar la mentalidad de la gente, evangelizar y alfabetizar. Fue una iniciativa tomada de radio Sutatenza de Colombia. El proyecto fue financiado con recursos internacionales, gracias a sus relaciones e influencia en Latinoamérica.

Una vez que inicia el trabajo de ERPE, ¿Leonidas Proaño tuvo su propio programa de radio?
Tenía al menos dos programas de radio, uno de ellos se llamó “Hoy y mañana”, donde un comunicador daba lectura a las cartas que recibía el Obispo y él tenía la prolijidad para responder todas ellas, por lo que se puede considerar a Proaño como un visionario de la comunicación directa con la gente.

¿Escribía, también, Leonidas Proaño?
Claro, tiene al menos una decena de libros, como poesía, reflexionó sobre la Teología de la Liberación, sobre la educación liberadora y ando tras los pasos de documentos que permitan conocer si escribió sobre comunicación liberadora, que fue aplicada en la práctica.

Como parte de su investigación, usted ha escrito un artículo científico que lo relaciona con otro personaje latinoamericano.
Se llama “Proaño y Lula, la misma historia en geografías diferentes”, que trata de un estudio comparativo de dos realidades. Tanto Proaño, como Lula da Silva, comenzaron desde los estratos bajos, se acercaron a los sectores populares y transformaron esa realidad. Las conclusiones a las que llego en este artículo son las siguientes:
a) Monseñor Proaño formalmente para su gestión de la comunicación salió de la infraestructura de la iglesia y se acercó a las personas al aire libre, mediante la minga social. Lula da Silva dejó los alones y auditorios pata encontrarse con la gente en las plazas y concentraciones públicas.
b) Proaño usó su discurso comunicativo para cambiar la realidad del indígena y Lula hizo lo mismo para mejorar la situación de los trabajadores.
c) Para los dos líderes, lo que importa es la organización como eje de cambio, en un solo colectivo que le dé fuerza.

¿Qué aspira usted de esta investigación doctoral?
Un doctorado cambia la vida del profesional, desde lo personal hasta lo intelectual. En cuanto a lo segundo, aspiro a publicar tres libros, desde la Teología de la Liberación, la educación liberadora y principalmente un texto sobre la Comunicación liberadora, demostrando que Proaño la desarrolló, que fue un innovador en esta área, creando una comunicación más humana, donde existe interrelación, intermediación e interacción.
También deseo que la tesis sea sobresaliente, que traspase el continente, que alcance el reconocimiento de la comunidad científica y abra las puertas para un posdoctorado.


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