lunes, 2 de octubre de 2017

Docente de la Unach estudia la justicia indígena en Chimborazo

Ph.D. Carlos Herrera, docente investigador de Derecho
de la Universidad Nacional de Chimborazo
Perfil del Investigador
Carlos Ernesto Herrera Acosta, docente investigador de Derecho de la Universidad Nacional de Chimborazo, nació en Riobamba, el 6 de mayo de 1969. Estudió en la escuela Juan de Velasco y la secundaria en los colegios Juan de Velasco y Pedro Vicente Maldonado.
Tiene título universitario en Historia y Geografía por la Unach, un doctorado en Educación de la Universidad Técnica Particular de Loja, y es abogado por la Universidad Nacional de Loja.
Es Magister en Docencia Universitaria e Investigación Educativa y tiene título de Ph.D. por la Universidad Nacional San Marcos (Perú).

Correo: ceherrera@unach.edu.ec

Su línea de investigación se basa en el estudio de la justicia indígena en Chimborazo, como un fenómeno socio – jurídico de relevancia a nivel nacional, reconocido por la Constitución ecuatoriana, como un mecanismo para regular la convivencia de las organizaciones ancestrales. Sobre el tema, dialogamos para comprender los alcances del trabajo investigativo.

Cómo investigador de la universidad, desarrolla un proceso científico referente a la justicia indígena, ¿qué nos puede contar al respecto?
Hay que partir de que la investigación es una actividad multidisciplinaria, en ese sentido formamos un grupo de investigación, que estudia la “Aplicación de la justicia Indígena en adolescentes infractores de la provincia de Chimborazo”.

¿Cuál es el objetivo de este trabajo?
En sí, el objetivo de este trabajo investigativo era llegar a determinar si la justicia indígena se aplicaba a los adolescentes infractores, en las diferentes comunidades de los cantones de Chimborazo y en efecto constatamos que los castigos aplicados en esta forma de administrar justicia, también van dirigidos tanto a adolescentes como a niños. Por supuesto que las sanciones son más leves y quienes lo aplican son los padres, los padrinos y cuando los conflictos son graves, toma cartas en el asunto el presidente de la comunidad.

¿Es decir, que el castigo en la justicia indígena es público?
Es público, pero no se lo difunde, porque los indígenas tienen su privacidad jurídica interna, basada en sus costumbres y tradiciones, por lo que no sale a la luz.

Muchos defensores de la justicia indígena, manifiestan que una vez aplicado el castigo público existe una sanación, no solo del infractor sino de la comunidad, ¿qué opina usted?
Para los indígenas es un proceso de sanación, no lo consideran un castigo o pena sino como una purificación del alma y del cuerpo; es decir, que su cosmovisión interpreta que la persona que cometió la infracción dentro de la comunidad está endemoniada y hay que purificarla a través de la aplicación de la ortiga, el agua helada y el látigo.

¿Han entrevistado a los adolescentes infractores?
No, ha sido muy difícil localizarles a las personas castigadas. Contamos con vídeos sobre los casos estudiados, que llegaron a nuestras manos por apoyo de las autoridades locales de turno, pero el tema es muy reservado, tanto que cuando estuvimos en el proceso de investigación casi fuimos ajusticiados, porque los indígenas no creen en el mestizo ni la justicia ordinaria.

¿Cómo han obtenido datos con estas dificultades?
Se requiere incluir en el equipo de investigación a un indígena propio de la comunidad. Además, las autoridades de turno nos han facilitado el acceso a las comunidades, conversar con los representantes, algunos inclusive son estudiantes de la Unach, como el abogado José Ganán, que ahora es jefe político de Cacha, quienes nos han dado información.

¿Es necesaria la profundización de estos estudios?
Hay que investigar más, yo estoy dentro de esta línea investigativa desde hace siete años atrás y cada vez que visito las comunidades encuentro cosas nuevas y distintas. He observado castigos más severos, por lo que, desde mi punto de vista subjetivo, veo que algunas prácticas de la justicia indígena son herencia del colonialismo: Por ejemplo, colgarles de los dedos a los infractores, que no refleja la cultura indígena.

¿Quiere decir que la justicia indígena actual, es una justicia mestiza?
Yo diría que en Ecuador pocas son las costumbres netamente indígenas, quizás en el Oriente se conserven prácticas propias, pero en la Sierra y la Costa no creo que existan.

¿Qué otra conclusión ha obtenido de este proceso investigativo?
Esta investigación me ha servido de mucho, pues en base al estudio hemos hecho algunos artículos, entre ellos: “El ajusticiamiento indígena y el delito de odio”, “La justicia indígena y la justicia del campesinado”, que son dos cosas distintas que muchas veces se confunden. Es decir, ha sido un trabajo fructífero.


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