Julio Bravo Mancero, es docente de Comunicación Social, de la Universidad Nacional de Chimborazo |
Perfil del Investigador
Julio Adolfo Bravo Mancero,
nace en Riobamba (Ecuador), el 23 de febrero de 1971. Cursó la primaria en
Chunchi, en la escuela Fernando Pons y 5 de Junio; continuó sus estudios en el
colegio Juan de Velasco.
Una vez graduado, se
vinculó a Escuelas Radiofónicas Populares del Ecuador, manteniéndose en el
ámbito de la comunicación. Trabajando en diario La Prensa y Los Andes, en
Ecuavisión y otras emisoras de radio.
Tiene título de Licenciado
en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Chimborazo, tiene un
diplomado superior en Edición de Medios Impresos, especialista en Imagen
Corporativa y magister en Comunicación Corporativa. Estudia el doctorado en
Comunicación e Información Contemporánea, en Universidad Santiago de Compostela
(España).
Artículos y ponencias de Julio Bravo en Google Académico
Correo: jbravo@unach.edu.ec
Su tesis doctoral
trata sobre el discurso periodístico y religioso de Monseñor Leonidas Proaño,
como un personaje referente en Ecuador y América Latina, sobre la cual nos
informa en una interesante entrevista que recorre los abruptos caminos socio-políticos
del obispado de Riobamba.
¿De dónde surge esta inquietud por conocer el ámbito
comunicacional de Monseñor Leonidas Proaño?
Pienso que la
universidad ecuatoriana tiene un déficit con el estudio de muchos intelectuales
y pensadores nacionales, como Monseñor Leonidas Proaño. Si bien se le ha
estudiado desde el tema religioso y educativo, desde lo comunicacional no se lo
ha abordado. Se conoce la faceta de la Teología de la Liberación o la educación
liberadora, pero a Proaño hay que estudiarlo desde la Comunicación liberadora.
¿Cuál es la influencia de Leonidas Proaño en la
sociedad?
Tengo una hipótesis
que estoy en proceso de investigación: todo lo que Proaño hizo desde lo
comunicacional, fue el punto de partida para que otros autores, a nivel
internacional, escribieran, como la Escuela Latinoamericana de Comunicación, la
interacción y mediaciones de Barbero, el estudio de los discursos y mensaje de
Prieto, entre otros.
¿Qué objetivos se ha planteado para el desarrollo de
la tesis doctoral?
Identificar el nivel
discursivo, desde lo periodístico – religioso de Monseñor Leonidas Proaño, una
investigación de tipo cualitativo, observación participante, entrevista a profundidad,
técnicas que me permitirán descubrir si el tipo de comunicación de Proaño era
liberadora o no.
¿Qué cualidades comunicativas observa usted en el
Obispo?
Para ser un buen
comunicador hay que ser un buen escucha y Monseñor Proaño pasaba días completos
escuchando a la gente, desarrollando lo que fue su trilogía: ver, juzgar y
actuar. Desde este pensamiento se ve escuchando la voz del otro; juzgar para
comprender la realidad del pobre, del marginado y actuar como punto culminante
para transformar esa realidad.
En la época convulsionada que vivió Leonidas Proaño, ¿cómo
fue la comunicación que desarrolló para acercarse a los indígenas y también a
toda la sociedad?
Primero debía ser
aceptado en las comunidades indígenas y Proaño logró la admisión del pueblo,
desde la humildad, hablando su mismo idioma y como él decía: devolverle la luz
a quien no la tenía, reconociendo al campesino indígena como ser humano, algo
muy difícil para su época. Esto generó rechazo en los poderosos, en los
hacendados, en la Iglesia conservadora, porque la primera acción que tomó
Proaño fue parcelar las tierras de la Iglesia y se las entregó a quienes las trabajaban.
¿Cómo influyó Leonidas Proaño en los sectores
progresistas de Chimborazo?
Cuando Proaño
encuentra una realidad calamitosa del sector indígena y que la Iglesia no
estaba cumpliendo su cometido en el plano evangelizador, formó sacerdotes
comprometidos, además formó misioneros indígenas y las comunidades eclesiales
de base.
¿Ejerció el periodismo el “Obispo de los indios”?
Sí, recordemos que él
creó el diario “La Verdad” de Ibarra, del cual escribió el primer editorial.
Después creó Escuelas Radiofónicas Populares del Ecuador (ERPE), porque necesitaba,
desde la educación, cambiar la mentalidad de la gente, evangelizar y
alfabetizar. Fue una iniciativa tomada de radio Sutatenza de Colombia. El
proyecto fue financiado con recursos internacionales, gracias a sus relaciones e
influencia en Latinoamérica.
Una vez que inicia el trabajo de ERPE, ¿Leonidas
Proaño tuvo su propio programa de radio?
Tenía al menos dos
programas de radio, uno de ellos se llamó “Hoy y mañana”, donde un comunicador
daba lectura a las cartas que recibía el Obispo y él tenía la prolijidad para
responder todas ellas, por lo que se puede considerar a Proaño como un
visionario de la comunicación directa con la gente.
¿Escribía, también, Leonidas Proaño?
Claro, tiene al
menos una decena de libros, como poesía, reflexionó sobre la Teología de la
Liberación, sobre la educación liberadora y ando tras los pasos de documentos
que permitan conocer si escribió sobre comunicación liberadora, que fue
aplicada en la práctica.
Como parte de su investigación, usted ha escrito un artículo
científico que lo relaciona con otro personaje latinoamericano.
Se llama “Proaño y
Lula, la misma historia en geografías diferentes”, que trata de un estudio
comparativo de dos realidades. Tanto Proaño, como Lula da Silva, comenzaron desde
los estratos bajos, se acercaron a los sectores populares y transformaron esa
realidad. Las conclusiones a las que llego en este artículo son las siguientes:
a) Monseñor Proaño
formalmente para su gestión de la comunicación salió de la infraestructura de
la iglesia y se acercó a las personas al aire libre, mediante la minga social.
Lula da Silva dejó los alones y auditorios pata encontrarse con la gente en las
plazas y concentraciones públicas.
b) Proaño usó su
discurso comunicativo para cambiar la realidad del indígena y Lula hizo lo
mismo para mejorar la situación de los trabajadores.
c) Para los dos
líderes, lo que importa es la organización como eje de cambio, en un solo
colectivo que le dé fuerza.
¿Qué aspira usted de esta investigación doctoral?
Un doctorado cambia
la vida del profesional, desde lo personal hasta lo intelectual. En cuanto a lo
segundo, aspiro a publicar tres libros, desde la Teología de la Liberación, la
educación liberadora y principalmente un texto sobre la Comunicación liberadora,
demostrando que Proaño la desarrolló, que fue un innovador en esta área, creando
una comunicación más humana, donde existe interrelación, intermediación e
interacción.
También deseo que la tesis sea
sobresaliente, que traspase el continente, que alcance el reconocimiento de la
comunidad científica y abra las puertas para un posdoctorado.
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